19/8/12

¡Libertad a las Pussy Riot!

En www.ft-ci.org Vergonzosa condena a las activistas feministas Pussy Riots en Rusia
El 21/2, la banda de punk feminista rusa Pussy Riots realizó una acción de repudio a la Iglesia Ortodoxa y al recientemente presidente reelecto Vladimir Putin. Las activistas ingresaron en la principal catedral de Moscú y en medio de una acción totalmente pacífica y realizaron una “plegaria punk” donde le pedían a la Virgen María que proteja a Rusia de Putin. Las activistas son 3 mujeres: Nadesda Tolokonnikova, de 22 años, Marina Alyojina, de 24, y Yekaterina Samuzevich, de 30.
Esta acción se realizaba luego de las elecciones presidenciales en las que Putin se declaró vencedor, a pesar de las denuncias de fraude y el creciente repudio entre la población, especialmente entre la juventud. El gobierno ya venía endureciendo las medidas represivas y recortando las libertades democráticas, con el objetivo de trabar la expresión de sectores opositores al régimen.
La acusación contra las activistas feministas busca ser aleccionadora no solo contra los sectores que se oponen al régimen sino contra quienes se atrevan a cuestionar la institución de la Iglesia Ortodoxa rusa.
El objetivo de la acción de protesta era señalar el enorme peso que tiene la institución religiosa en el régimen. Muchos señalan también la relación de la cabeza de la Iglesia, Vladimir Mikhailovich Gundyayev, denominado “Patriarca Kirill” según la jerarquía eclesiástica, con el presidente Putin, a quien Kirill llama un “milagro de Dios”.
Además se ha criticado varias veces a Gundyayev por su estilo de vida ostentoso, algo que la propia Iglesia intentó esconder cuando lo fotografiaron usando un reloj de 40.000 dólares.
La Iglesia viene apoyando a Putin con el objetivo de que este defienda sus intereses. Durante su mandato, Putin le ha devuelto a la Iglesia Ortodoxa una gran parte de las propiedades que le habían sido expropiadas por la Revolución de octubre de 1917. Y por si quedara alguna duda de lo artificial de la separación entre Estado e Iglesia, el propio Gundyayev declaró en una entrevista en Polonia que la Iglesia y el Estado en Rusia están separados pero persiguen los mismos intereses morales.

¡Libertad para las Pussy Riot!
El 17/8 se conoció la condena contra las 3 mujeres por “vandalismo motivado por odio religioso” con 2 años en prisión por haber cantado una canción dentro de una Iglesia y, según la jueza, realizar “bailes diabólicos”. A esto, los fiscales agregaron que las activistas “hirieron los sentimientos de los creyentes rusos”.
Es claro que la dura pena contra las activistas nada tiene que ver con una supuesta ofensa religiosa o una falta de respeto a la “fe de la gente”, como intentaron justificar los fiscales y el gobierno. Es un intento de disciplinar a todas las personas y organizaciones que cuestionen al régimen y sus instituciones. Eso buscaba el régimen al juzgar a las activistas encerradas en jaulas de vidrio y esposadas como si fueran criminales peligrosas.
Esta medida reaccionaria busca fortalecer con mano dura la cuestionada legitimidad del régimen, que con esto no hace más que profundizar su política de recorte de las libertades democráticas. En este caso para salvaguardar una institución reaccionaria como la Iglesia, pero en la perspectiva de blindar su régimen frente a protestas que, aunque todavía son intermitentes y heterogéneas, no parecen disminuir.
Fuera del juzgado cientos de activistas estallaron de indignación al conocer la sentencia y la manifestación terminó con varios arrestos de activistas y personalidades que se habían acercado al juicio en solidaridad con las Pussy Riot.
El rechazo al encarcelamiento ya había recorrido el mundo entero, sumando el apoyo de organizaciones políticas, de derechos humanos, y personalidades de la música que hicieron pedidos formales para que se libere a las jóvenes.
El mismo día que dictó la sentencia contra las Pussy Riot se conoció la decisión de la Corte Suprema de rechazar la apelación que había presentado un abogado defensor de los derechos de la comunidad LGTB de Rusia contra la sentencia previa de un tribunal de Moscú, que prohibía la celebración de la marcha del orgullo gay en la ciudad durante los próximos 100 años. La justicia rusa ratificó la sentencia de la ciudad y de esta forma da una nueva embestida contra quienes demandan mayor libertad de expresión y manifestación.
La pelea por la libertad de las Pussy Riot ha sido tomada en manos de muchas organizaciones, no solo feministas, porque en la lucha por su libertad se expresa el repudio al endurecimiento del régimen de Putin y su ofensiva represiva sobre los sectores que se oponen a su gobierno.
Claro está que todas las declaraciones de indignación de Obama y la Unión Europea no son más que muestra de cinismo descarado. Ellos mismos limitan las libertades democráticas de la población dentro de sus fronteras, en Estados Unidos sosteniendo las reaccionarias leyes de la “guerra contra el terrorismo”, y en Europa persiguiendo descaradamente a las y los millones de inmigrantes que viven y trabajan en sus países. Ninguna declaración ni denuncia en los organismos internacionales debilitará el régimen represivo de Vladimir Putin y sus instituciones reaccionarias, solamente lo harán con su movilización independiente las y los trabajadores, de las mujeres y la juventud.

No hay comentarios.: