Hoy vi estas fotos de la Comisión
de Mujeres de Donnelley, y no pude evitar acordarme de los piquetes de chicos y
chicas que organizaba la Brigada Auxiliar de Mujeres durante la huelga contra
General Motors en 1936/37. Casi al final de 1936, en la ciudad Flint (Michigan,
EE.UU.) empezó una huelga histórica contra General Motors, que hizo retroceder a la patronal.
En esa huelga, hubo una mujer,
Genora Johson Dollinger, la compañera de uno de los trabajadores, que organizó
la Brigada Auxiliar de Mujeres en apoyo a la huelga. Ella y sus compañeras empezaron
organizando un comedor y una guardería. Pero la idea fue mucho más allá: difundían
la huelga por toda la ciudad, recolectaban dinero y víveres para los
huelguistas, y terminaron organizando la autodefensa de la huelga.
Entre las medidas que pensaron para difundir su lucha estuvo el piquete de niños y niñas, donde los hijos e hijas de los obreros de la automotriz llevaban consignas que explicaban por qué peleaban sus padres.
Entre las medidas que pensaron para difundir su lucha estuvo el piquete de niños y niñas, donde los hijos e hijas de los obreros de la automotriz llevaban consignas que explicaban por qué peleaban sus padres.
Igual que Genora y sus
compañeras, la Comisión de Mujeres de Donnelley sale difundir la lucha de los
trabajadores de Donnelley. Denuncian a los empresarios que quieren despedir a
123 trabajadores. Los gerentes de Donnelley viven como millonarios en barrios
privados y quieren dejar en la calle a los obreros y sus familias. Igual que en
Lear,
las mujeres
nunca están detrás de nadie, siempre van adelante.
En la Brigada Auxiliar de Mujeres
decían: “Ya no éramos más individuos, éramos parte de una organización.” ¿Hay algo más poderoso? Creo que no.
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