30/10/14

Las mujeres, clave en las elecciones

Para La Izquierda Diario



Las mujeres representan, al menos, la mitad del electorado estadounidense que el 4 de noviembre votará para renovar bancas del Senado y el Congreso.


Conocidas como elecciones de medio término, en estas elecciones también se realizan referéndums y votaciones locales sobre temas sociales como el derecho al aborto y la legalización de las drogas, entre otros.
Tradicionalmente, una parte importante de las mujeres se ha inclinado a favor del Partido Demócrata (un 7% a favor con respecto al Partido Republicano). Aunque el gobierno de Barack Obama no ha avanzado ni ha defendido concretamente ninguno de los derechos atacados por la cruzada de la derecha conservadora, en campaña electoral legisladores y legisladores que renuevan sus bancas, se acuerdan de que los derechos de las mujeres están bajo asedio.
En la pelea por retener la mayor cantidad de bancas en ambas cámaras, el electorado femenino se transforma en una pieza clave, y los temas relacionados con la vida de las mujeres son eje de la campaña en muchos estados. El Partido Demócrata transformó en eje la igualdad salarial y los derechos reproductivos (la mayoría de las mujeres que votaron a Obama en 2012 creen que estos dos temas son centrales).
Según una encuesta realizada por el diario The Wall Street Journal, el 51 por ciento de las mujeres prefiere que haya un Congreso con mayoría demócrata; entre los hombres ese porcentaje llega solo al 37 por ciento (aunque otras encuestas muestran el voto mucho más disputado). Pero las mujeres tienden a participar menos en las legislativas, donde es mayoría un electorado blanco, no joven y de mayores ingresos.
Muchas organizaciones feministas, de izquierda y estudiantiles llaman a participar en las elecciones, especialmente a votar contra iniciativas reaccionarias como en Dakota del Norte y Colorado, donde se votanduras restricciones al derecho al aborto por diferentes vías.
Pero además de los derechos reproductivos, las mujeres apoyan en mayor porcentaje medidas como el aumento de salario mínimo (un problema fuertemente instalado por la huelgas de los Fastfood desde 2012). Según The Washington Post, un candidato que impulse esta medida es más probable que gane el voto femenino (54%) que el masculino (46%). Y esto es, centralmente, porque las mujeres jóvenes (muchas, sostén de hogar) serían las principales beneficiarias, ya que son la mayoría de las que ocupan los puestos de trabajo precarios y con bajos salarios.
Contradictoriamente, en la disputa por el voto femenino, uno de los principales factores que juegan en contra del partido Demócrata es el propio gobierno de Obama. La decepción por las promesas incumplidas seguramente tendrá su eco en estas elecciones. Una de las principales figuras demócratas (y posible candidata para 2016), Hillary Clinton, llamó a las mujeres a participar en las elecciones (e indirectamente a su partido a tomar sus demandas): “Las votantes tienen una opción en noviembre. Tendrán la posibilidad de elegir entre quienes defienden o quienes siguen bloqueando la equidad en los salarios; entre quienes favorecen o quienes intentaron detener la renovación de la Ley de Violencia Contra la Mujer”.
Aunque no es cierto que esa línea divisora sea estrictamente partidaria, lo que es verdad es que la mayoría de las iniciativas reaccionarias son impulsadas por miembros del Partido Republicano.

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