31/10/14

“El mundo está organizado para hombres que tienen esposa”

Para La Izquierda Diario



El 29 de Octubre se presentó en Dain-Usina Cultural el nuevo libro de Gioconda Belli, El intenso calor de la luna, editado en Argentina por Seix Barral.
Aunque el clima amenazaba con arruinar la asistencia, el salón donde se presentaba el libro se llenó desde temprano. Con forma de entrevista, la periodista Silvia Reinoso hilvanó un diálogo con la autora nicaragüense, sobre su libro, su narrativa y su visión sobre la vida de las mujeres.
“El mundo está organizado para hombres que tienen esposa” fue la respuesta sucinta de Belli a una pregunta acerca de los avances y la igualdad conquistada, en teoría. En teoría porque, como señaló atinadamente la escritora, todos los avances en la vida profesional y en la participación política se logran con enormes sacrificios femeninos. Y muchos de esos derechos dejan a las mujeres “entrampadas en una doble jornada laboral”, obligadas a elegir constantemente entre su vida profesional y su “valor social”, su “lugar biológico”, la maternidad.
El nuevo libro de Gioconda Belli trata sobre la etapa de la vida femenina con peor fama: la menopausia. Ese momento en el que se les “quita a las mujeres la alfombra roja” de vida, para usar las palabras de la autora. No aptas ya para la reproducción, son relegadas a un lugar donde ya no son siquiera objeto del deseo, pues también se niega su sexualidad, sometidas a estereotipos que festejan cuerpos imposibles y la juventud eterna.
Para la autora, al contrario, la menopausia puede tratarse del encuentro con el ejercicio de la sexualidad “con plenos poderes, y sin riesgos de embarazo”, que fue, hasta la píldora anticonceptiva, el gran terror y negación del goce femenino. En la novela, Emma (en homenaje y contraste con la Madame Bovary de Flaubert, según Belli) enfrenta los prejuicios de ese momento, en pareja con un hombre más joven que ella.
La escritora contó que la idea de la novela surgió de una sensación que tuvo al cumplir 60 años, un momento en el que se sintió linda, plena y sensual. Todo lo contrario a lo que había pensado que sería tener 60 años. Al chocar con su propio prejuicio, nació la novela. “La literatura tiene un rol importante en destruir prejuicios”, y es algo a lo que Belli ha dedicado más de un libro.
Quien tuvo la oportunidad de recorrer su narrativa, la encontró más de una vez resistiéndose a dejar a las mujeres como meros objetos, pasivas por igual ante el mandato patriarcal o las dictaduras, haciendo a sus protagonistas revolucionarias (en la política y en la vida, que es casi lo mismo en sus historias), y hasta parte de exploraciones fantásticas de su infinito Faguas.
Es parada obligatoria, para quien quiera conocer su huella literaria,Waslala (desafiando el tiempo y el espacio en búsqueda de la utopía social), El país bajo mi piel (novela autobiográfica que recorre su militancia en el Frente Sandinista de Liberación Nacional) o El infinito en la palma de la mano, donde desafía el relato del “pecado original” de la Biblia. Y, por supuesto, su poesía, que habló de la sexualidad femenina mucho antes del boom de la literatura erótica, cuando era mucho más escandaloso hablar de las mujeres como sujetos de su sexualidad que narrar escenas de sexo explícito.
Cuando llegaron las preguntas fueron muchas las que, entre el público mayoritariamente femenino, indagaron sobre su participación en la revolución nicaragüense en los año ‘80. Más allá de sus diferencias con la herencia del sandinismo, aseguró que se niega a ser parte de la generación “deprimida y desilusionada” de la posibilidad de un cambio revolucionario. “Soy producto de la revolución, esa vivencia quedó marcada en mi piel”.

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