2/9/09

Algo que no cierra...

Por tentador que parezca a simple vista, acallar a la derecha escuálida venezolana con leyes represivas y amenazas de cárcel no puede cerrarle a nadie... Aunque sean repugnantes sus alaridos contra la LOE del gobierno de Chávez y no sean otra cosa que unos golpistas (don't forget 2002) amantes de la educación privada y los cirios humeantes de la Iglesia Católica, nunca van a convencerme de apoyar una ley que acusa de "rebelión civil" a las protestas y manifestaciones... aun cuando son de la derecha repugnante quemadora de cirios.
Al fin y al cabo, en última instancia, cuando las papas queman, un gobernador escuálido usará las mismas fuerzas represivas estatales [y por qué no... sicarios] y que un gobernador bolivariano.
En las [primeras y] últimas instancias todo patrón intentará cortar la protesta: sea esta en el campo, en la fábrica japonesa o en el metro de Caracas...
Ahí es donde yace la tragedia de los bolivarianos de izquierda -quienes aun con sincero odio a la derecha escuálida, a los golpistas y sicarios asesinos de obreros- se encuentran un día aplaudiendo el recorte de libertades democráticas, la censura estatal o la represión a los estudiantes de derecha.
La trampa más tramposa que lleva a muchos y muchas a ver con buenos ojos la represión estatal [porque hoy es ejercida contra la derecha, aunque hay que decirlo también: más extendidamente contra los trabajadores, trabajadoras, campesinos/as]; a disculpar la censura [porque hoy censura los canales de TV y las radios de quienes siempre censuraron al pueblo trabajador y pobre]...
La trampa más tramposa que termina reuniendo apoyo entre los reprimidos, callados y censurados durante años por dictaduras y democracias raquíticas neoliberales, para el andamiaje legal del estado que ha cambiado quizá sus gestos, la forma de sonreír y sus gustos políticos pero no ha cambiado en esencia...

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