La tarde de ayer fue coronada con represión y persecuciones tipo cacería de trabajadores y trabajadoras que intentaron instalar carpas en la Plaza de Mayo para que reclamar sus derechos... ¿les suena? Claro, como las carpas no incluían toros y pingüinos inflables, señoronas y paquetones con bombachas de campo, o militantes del PJ en su defecto disfrazados de defensores de la democracia, se ganaron los palos de la policía.No es cuestión de apoyar represión a unos y a otros no, como hacen quienes ponen su gritito histérico en el cielo cuando le tocan el diente a De Angeli, pero aprueban con cara de "respetar el orden" cuando a quienes reprimen llegan a pie a la Plaza de Mayo. Ni la presidenta Fernández ni su séquito de ministros y partidarios/as guarda siquiera las formas, no se inventan excusas ni se disfrazan los discursos o las medidas.
En Argentina, si se es pobre y se reclama: palos. Si es trabajador/a y se reclama: palos. Si se es estudiante y se reclama algo diferente a la letra del discurso gubernamental: demonización mediática (no llegó a los palos).
Curiosa esta "democracia" donde el Estado decide quién lucha correctamente por determinada "defensa de la democracia" y determinados "derechos del pueblo"... Y a quienes considera desacertados, fuera de lugar, izquierdistas, enemigos de la paz social, los reprimen sin sonrojarse... En realidad, curiosa no, simplemente la democracia de los ricos.
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