11/4/08

¿Feminista yo?



Acá va sólo una parte: la presidenta denuncia, con razón, que a la hora de hacer críticas a sus medidas se usa su género femenino para estigmatizarla y proferirle una variada serie de epítetos. Es más (y esto la presidenta no lo dice, claro): aunque durante estos primeros meses de gobierno se le atribuye a su marido, el ex presidente Néstor Kirchner, el poder verdadero detrás de la Rosada, a la hora de las críticas barnizadas con tintes misóginos, ella ha sido el blanco. Es claro que nunca se apuntó contra Néstor Kirchner como alguien “irracional”, “soberbio” o por vestir con trajes de marcas parisinas. Y Cristina Fernández no hace más que continuar con las medidas de gobierno de su marido, entonces ¿el problema es el botox o el exceso de maquillaje? Nos parece que eso puede indignar, pero es algo secundario. La realidad es que el gobierno de Cristina es una clara continuidad del de Néstor Kirchner. La continuidad está en la devaluación del salario de trabajadores y trabajadoras, mientras los empresarios se llenan los bolsillos. La continuidad está en las millonadas que amasaron y amasan los terratenientes, que no han sido otra cosa que grandes beneficiarios del sistema “dólar alto-salarios bajos”. La continuidad está en la política de impunidad para los genocidas. Pero esta continuidad se vislumbra en las medidas políticas y no en la libreta matrimonial...

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