12/3/08

¿Sueños demócratas?


En América Latina hay muchas expectativas con un gobierno demócrata. ¿Será por los recuerdos de “bonanza” de los planes del FMI o las privatizaciones y despidos masivos durante la década demócrata? ¿Será por los recuerdos de paz y amistad entre los pueblos que inspiran los demócratas como Vietnam, la crisis de los misiles y Bahía Cochinos o los bombardeos en la ex-Yugoslavia? La realidad es que frente a la posibilidad de un gobierno de McCain, que sigue en gran parte el legado de Bush (aunque incluso un gobierno republicano estaría obligado a modificar algo de su retórica), un gobierno de Clinton u Obama (ambos con partidarios en la región) parece el mal menor. Aun más, muchos gobiernos (con retóricas más liberales o más “nacionalistas) alimentan las ilusiones en que un gobierno de los demócratas será positivo para nuestro continente.

Billetera imperialista
Pero aunque no parezca, republicanos y demócratas tienen más acuerdos que diferencias, sobre todo porque comparten los interese de Estados Unidos en nuestro continente. Aunque no serían lo mismo, la chequera de las empresas norteamericanas en el continente recibirá el respaldo de ambos partidos. Incluso, aún un gobierno de McCain, tendría que pensar como afrontar los problemas que recorren América Latina hoy, que tocan la puerta de EE.UU. más temprano que tarde.

Republicanos y demócratas, además de compartir chequera, comparten preocupaciones. McCain, Clinton y Obama mencionan las complicaciones de EE.UU. para imponer su agenda. Recordemos que hace ya varios años se acabó la época del conocido “Consenso de Washington” y las loas a las políticas neoliberales de los años 1990 (todas y cada unas de ellas apoyadas por ambos partidos).

Plata en bolsillo roto

Colombia
Los aliados más fieles en la región sufren como una enfermedad contagiosa los reveses del gobierno de George W. Bush. Al contrario que en la época de las “relaciones carnales”, ser país amigo hoy no es sinónimo de bonanza ni prestigio… es algo más complicado. O si no, pregúntenle a Uribe de Colombia, a Felipe Calderón de México, por nombrar a los dos más conocidos.Colombia, quiere que le aprueben el TLC ¡YA! Pero a pesar de los llamados de Bush a “apoyar a un amigo en momentos difíciles”. Con “momentos difíciles” se refiere a cuando Uribe tuvo que dar explicaciones de por qué violó la soberanía de Ecuador para asesinar a militantes de las FARC a quienes abatieron en un duro enfrentamiento (es decir, mientras los guerrilleros dormían en ropa interior)… y después de este momento tortuoso, tuvo que soportar el “sermón” del Grupo Río (al fin de cuentas fue nada más que un sermón). En boca del periodista del Washington Post Charles Krauthammer, [los demócratas] “se oponen al acuerdo con Colombia en el momento que lo necesitamos (…) Y cuando, con la ubicación de Chávez, se vuelve no solo una necesidad económica y política, sino una necesidad geopolítica. Es una forma de fortalecer a nuestros amigos”.
Pero hay muchas discusiones sobre el TLC con Colombia, porque en Colombia se violan los derechos humanos, sobre todo se restringen los derechos de sindicalización, apelando a métodos como por ejemplo… el asesinato, encima de todo esto, no se toman las precauciones necesarias para no destruir el medioambiente… Alguien dirá que “nada parece conformarme”, porque parecen buenas razones para oponerse. Pero el detalle que no mencionan abanderados de los derechos sindicales como Clinton u Obama, es que las empresas que utilizan los servicios de los paramilitares para asesinar dirigentes sindicales son… ¡norteamericanas! Como la Coca-Cola o la empresa bananera Chiquita Brands. No quiero extenderme de más en el
Plan Colombia que todos apoyan: desde 2000, EEUU gastó 3.500 millones de dólares en entrenamiento de las FF.AA. colombianas (“guerra contra el narcotráfico”, métodos de anti-insurgencia, entre otros gastos), siendo el mayor receptor de ayuda extranjera de EE.UU. fuera del Medio Oriente.

Los otros…

Colombia y otros amigos de Washington en América Latina, como México y Centroamérica, sienten que les “sueltan la mano”, se preguntan, ¿qué será de ellos cuando Bush no esté en casa? En este sentido, gente como el presidente de El Salvador, Tony Saca, hace un llamado de atención hacia EE.UU. diciendo que el populismo en América Latina es “un péndulo que se inclina hacia el desastre”. Habla así de Venezuela, Ecuador o Bolivia, que en medio de la debilidad de EEUU y sus planes en la región, han intentado una ubicación más independiente del imperialismo norteamericano (¿para instaurar el populismo? No parece, más bien da la impresión que es buscando sacar más rédito de sus negocios y ganar mayor peso de negociación). En estos años han entrado nuevos actores comerciales (sobre todo) y políticos en nuestro continente, además del viejo colonialismo europeo que es ya un viejo (opresor) conocido de nuestras tierras. EE.UU. ve esto con preocupación, desde su pantano de Medio Oriente, donde ha tenido que dirigir sus principales esfuerzos y cantidad de recursos económicos. Los demócratas, pero también los empresarios norteamericanos (que están hartos de ver qué otros se lleven la torta de América Latina) e incluso muchos gobiernos de la región, ven que un cambio en el “rostro” exterior de Estados Unidos sería razón suficiente para reganar el ímpetu en su viejo patio trasero, después del alejamiento que se viene dando desde 2001 aproximadamente con la bancarrota de los planes neoliberales. Y ese vacío, como plantean varios de los asesores de campaña y la misma Casa Blanca, no ha sido reemplazado con nada. En palabras de un analista norteamericano (Geoff Thale, de WOLA, Washington Office on Latin America, un think-thank “progresista” de Washington), “Hubo un rechazo a las medidas de la era del Consenso de Washington” y “no hemos tenido nada para ofrecer en su lugar”.
Mientras, los
competidores de EEUU avanzan. Entre los amigos, la UE firmó recientemente acuerdos de comercio e inversiones con México y Chile, además de tratados con países de Centroamérica o d el comunidad andina (incluida Colombia). También Canadá (socio de EEUU en el NAFTA), tiene importantes inversiones en nuestro continente, incluyendo a Cuba con un volumen de comercio cercano a 1.000 millones de dólares.
Otro “recién llegado”, para nada depositario de la simpatía de EEUU (pero como vemos entre las chequeras hay menos pruritos ideológicos) es China, que pasó de tener un comercio calculado en 200 millones en 1975 a 47.000 millones en 2005. Entre los principales socios de China están Brasil (que importa 8.000 millones de dólares anuales), o Chile, cuyas exportaciones encontraron en China su segundo mercado más importante.
No es que EE.UU. es ahora un mendigo y no tiene negocios, sigue teniendo mucho peso en el comercio de la región, con tratados bilaterales muy importantes y también peso político, aunque nada es como era…


Entonces… ¿se viene el cambio demócrata?
Como vimos, no hay enormes diferencias en cuanto a la imposición de los interese o a garantizar el funcionamiento de las empresas norteamericanas, pero sí hay matices y diferencias en el discurso y los métodos.
Pero como decíamos, lo que alimenta la ilusión es la sola perspectiva de un gobierno de McCain. En la mayoría de los casos, los demócratas quieren hacer borrón y cuenta nueva y “mirar hacia delante”, haciendo un cambio drástico de EEUU ante el mundo… en América Latina, particularmente quiere volver el tiempo atrás, como si fuera posible volver a los ’90… Pero vamos a los demás temas espinosos.

3 botones: Comercio, Guantánamo y Cuba
Comercio
. Clinton y Obama, ya vimos que se oponen a los TLC, con algunos matices. Pero los dos votaron a favor del TLC con Perú (seguro que ahí sí se respetan los derechos de los trabajadores!), la situación es similar con el tratado con Panamá… O sea, el TLC es horrible durante las elecciones, pero después... Acá supuestamente hay una gran diferencia con los republicanos, ya que McCain apoya los tratados bilaterales.
Guantánamo. Este justo no es el mejor ejemplo para hablar diferencias porque Guantánamo es tan insostenible que todos, hasta McCain (que quiere hacer “guerra santa” contra los terroristas) quiere cerrarla. Se trata de uno de los aspectos más obscenos del gobierno de Bush, y uno de los más repudiados.
Cuba. Los tres candidatos están de acuerdo en NO levantar el bloqueo (que no es poca cosa, en el marco de los más de 50 años de bloqueo que se calcula que le hizo perder a la economía cubana 80.000 millones de dólares). También tienen otra cosa en común: la respiración en la nuca de muchos que se mueren por hacer negocios con Cuba y ven que se está desperdiciando una oportunidad (que otros aprovechan). Después, hay matices: Obama dijo que se reuniría con Raúl Castro y buscaría acercar a ambos países, Clinton dijo que se reuniría pero le pondría condiciones, ambos están a favor de rever las restricciones que impuso Bush a los envíos de dinero a familiares en Cuba y viajes a la isla. McCain tiene un discurso duro, manteniendo la línea dura, pero no sería una sorpresa que buscara también relajar un poco las relaciones (como hizo con Vietnam).

Esperar y ver, pero a no desvelarse con ilusiones con demócratas…


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