Mirá lo miserable que será la vida en este sistema que vale la pena arriesgarla en un partido de fútbol... SI! un partido de fúltbol. Una cosa que seguro empezó como un recreo de la gente que después de laburar todo el día quería divertirse un rato con sus amigos, termina en esta carnicería.
No sé casi nada de fútbol, ni tampoco logro entender del todo las pasiones que despierta, mucho menos cuando incluyen terminar con la vida de otra persona, que seguramente comparte el oficio, el mismo tren o el colectivo para llegar al laburo y a veces hasta el barrio.
No sé casi nada de fútbol, ni tampoco logro entender por qué transforma en superiores a los varones que supuestamente lo comprenden, lo conocen, saben sus trucos, frente a las mujeres a quienes se las etiqueta de machona/amigo si se deleita con el deporte o se la castiga con el tilde de ignorante/las mujeres no entienden...
No sé casi nada de fútbol, ni tampoco logro entender por qué una cosa que supuesta fortalece los lazos entre padres e hijos provoca que un tipo de 30 le grite a su hijo de 4 "mirá como cobran estos putos", mientras hinchas de un equipo corren para no ser molidos a golpes por los hinchas de otro equipo en el medio de la General Paz.
(Aunque) no sé casi nada de fútbol, entiendo que sea una manera de liberar la tensión de un montón de horas de laburo, ir a divertirse un rato, excusa para verse con amigos.
(Aunque) no sé casi nada de fútbol, entiendo la bronca de los hinchas que arrojan insultos contra los dirigentes que venden el club, contra los canales que compran la exclusividad, hasta la bronca contra los equipos de primera, porque son una empresa, porque están vendidos a la marca de zapatillas, de ropa deportiva, al canal de TV, a... en fin. Como todo en este capitalismo miserable, se vende y se compra.
La verdad es que no me interesa mucho el fútbol, no me quita el sueño si asciende Tigre o Huracán, si al Tomba lo re cagaron porque en realidad los mecanismos de promoción son injustos porque te matan si jugás mal los dos partidos clave...
Lo que si me quita el sueño es que ayer una persona cualquiera, con una vida cualquiera, de un barrio cualquiera, con una familia cualquiera, no está más.
El tipo que compartía colectivo, tren, que se cruzaba en el mismo barcito para almorzar, compraba en el mismo kiosco que otros, está muerto porque fue a ver un partido de fútbol.
Al decir de Elías Pietracatella: "...no somos pacifistas. Simplemente nos oponemos a la violencia de este sistema, apoyando a muerte la lucha de los “de abajo” que se enfrentan a él..."
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